Llevaba meses esperando la oportunidad de escaparme con mi pareja de vacaciones, y cuando por fin conseguimos que nuestros calendarios coincidiesen, decidimos que el mejor viaje que podíamos hacer este verano era a Fuengirola. Nunca habíamos estado en el sur, y siempre nos ha encantado la playa, así que nos decantamos por esta localidad de la Costa del Sol para innovar un poco y disfrutar de sus conocidísimas playas. Nos habían recomendado Fuengirola varias veces, pero siempre habíamos acabado haciendo viajes a otras costas o incluso a la montaña. De lo único de lo que me arrepiento de este viaje es de no haber ido antes.
Evidentemente, se trata de una zona bastante turística, así que es probable que te encuentres con bastante gente en el paseo marítimo, en la playa o, en general, en la ciudad. Aun así, tuvimos suerte y pudimos encontrar muchos hoteles en Fuengirola en primera línea de playa con habitaciones disponibles. Pasamos una semana entera en el Hotel Ilunion Fuengirola, y si estáis buscando una experiencia completa y de lujo, no podéis elegir un hotel que no sea este.
Está muy bien localizado. No solo tienes la playa prácticamente a un palmo de tu habitación, sino que está rodeado de lugares preciosos que puedes visitar y donde puedes hacer turismo si consigues desprenderte de la costa. Sin ir más lejos, puedes visitar la ciudad de Málaga, que es la ciudad más mágica de España y no puedes perderte rincones emblemáticos como la catedral de Málaga o la calle Larios, pero también tiene a un tiro de piedra el Puerto de Marbella y otros pueblos andaluces que no tienen pérdida.
Qué hacer en Fuengirola
Nosotros pasamos una semana en Fuengirola y tuvimos la suerte de encontrar una habitación en el Hotel Ilunion Fuengirola, que no puedo dejar de recomendar. Es de 4 estrellas y tiene todo lo que le puedes pedir a unas vacaciones: bar, Internet, restaurantes, vistas… lo que habría dado yo por no tener que marcharme. Mi chico y yo somos muy de playa y nos pasamos casi todos los días tostándonos al sol y alucinando con la transparencia del agua de esas playas, aunque a veces nos apetecía más quedarnos en el hotel y disfrutar de la tranquilidad de la piscina. El paseo marítimo también es impresionante, especialmente cuando anochece y se ilumina.
Probamos también a jugar al golf, pero resultó que eso no se nos da nada bien, especialmente a mí. Golpeé más veces el soporte de la pelota que la pelota. Eso sí, lo impresionante que es un campo de golf no tiene pérdida, resulta imponente ver un campo tan extenso, verde y limpio delante de ti. En la Costa del Sol hay más de 50 campos de golf y puedes visitarlos sin problema, y es una experiencia que recomiendo, aunque solo se te dé bien ejercer de caddie.
Lo que sí probamos y sí que repetiría fue el surf. Evidentemente no fui capaz de aguantar el equilibrio ni aun sin olas, pero todo lo que sea disfrutar del mar es una experiencia bienvenida. Además, probar experiencias nuevas como esta te hace volver a casa con miles de anécdotas, y no hay deporte marítimo que no probáramos en el que yo no acabara en el agua antes del minuto y medio. Torpe, sí, pero contenta.
La verdad es que mi experiencia en Fuengirola no la cambio por nada. Si no te entusiasma la playa, seguramente encontrarás destinos mejores, aunque todo lo que implica Fuengirola es una maravilla, no solo la playa. El paseo marítimo, el hotel de la piscina, el servicio de habitaciones, los viajes por Málaga… si tienes la oportunidad de disfrutar de esta localidad, desperdiciarla es algo de lo que vas a arrepentirte el resto de tu vida. Yo, que acabo de volver, maldigo no haber ido antes, porque se ha convertido en mi viaje de referencia de cada verano.