El ante es uno de los tejidos más difíciles de limpiar, ya que se trata de una piel muy sensible y que con un mal tratamiento puede estropearse irremediablemente. Aunque suele ser utilizado para muchas prendas de vestir e incluso complementos, lo más habitual es encontrárselo en el calzado. Si quieres dejar como nuevo tus zapatos de ante, te vamos a dar algunos trucos interesantes para su limpieza, quedando perfectos y sin gastar mucho dinero.
Cómo limpiar botas de ante
Aunque puede ser un consejo que todo el mundo va a pensar que es lógico, no todo el mundo lo sigue, ya que es recomendable que este tipo de calzado se guarde correctamente, tanto si no se va a utilizar durante un tiempo, como si vamos a usarlo al día siguiente. El polvo y la suciedad, además de la humedad van a hacer mella en estas botas, por lo que es aconsejable que cuando los compremos, los mantengamos siempre dentro de su caja, o si fuese necesario, comprar algún tipo de producto que vaya a impermeabilizar la piel. Este tipo de artículos se vende tanto en zapaterías especializadas y no te va a salir caro. ¿Para que sirve? Pues lo que consigue es que si llueve o se te cae liquido sobre tu calzado de ante, creará una capa protectora que evitará que se moje, haciendo que sea más fácil su posterior limpieza, incluso si hablamos de manchas difíciles, puesto que no habrá llegado al tejido interior.
Cómo limpiar zapatos de ante claros
En algunos casos, la solución más sencilla es siempre la más efectiva. Si acabas de manchar tus zapatos de ante claros, y te encuentras en tu casa, toma un paño de microfibras o uno que no tenga pelillos, humedécelo un poco, sin pasarte y pásalo, pero siempre en el sentido de los pelos del tejido del zapato.
Cómo limpiar botines de ante
Otro consejo para la limpieza de este tejido es la utilización de un cepillo de dientes, lo importante en este caso es que las cerdas sean suaves, ya que si utilizamos otra, incluso la mediana, puede ocurrir que dejen rastros del paso del cepillado, quedando uniforme y con un aspecto desmejorado. Tanto si tiene una mancha o ha cogido polvo o suciedad, deberemos de usar el cepillo sin presionar mucho, y siempre en la dirección de los pelos del ante. En el caso de manchas, como por ejemplo de barro, evita darle directamente con el cepillo, puesto que lo que conseguirás es extender toda la suciedad, estropeando el zapato, siendo lo mejor esperar a que se seque y cuando esto ocurra, ya si utilizar esta herramienta.
Un truco infalible para aquellas manchas que son mucho más difíciles de quitar, es usar una goma de borrar, de aquellas de nata que usábamos en el colegio y que dándole muy suave a la mancha, ira saliendo levemente, teniendo que darle con suavidad con tal de no estropear el tejido.
Cómo limpiar zapatos de ante marrón
Si la mancha es reciente y todavía no ha sido absorbida del todo por el tejido y se encuentra muy superficialmente, existen soluciones más sencillas y que pueden ayudar a seguir conservando en perfecto estado el zapato de ante marrón y es usando polvos de talco o incluso sal gorda. Estos dos componentes van a absorber toda la humedad, grasa y líquidos, haciendo más fácil que luego se limpie con el cepillo los rastros.
Imagina que mientras te has pintado las uñas se te ha caído tinta en los zapatos sin darte cuenta. En este caso el truco es mucho más fácil y eficaz de lo que hemos visto, ya que solo tendrás que tener en mano un poco de celofán. Colócalo sobre la mancha, siempre en el sentido del tejido, y retíralo de la misma manera rápidamente. La tinta quedará adherida al pegamento del celofán, mientras que los pelos solamente tendrás que peinarlos.
Cómo limpiar zapatos de ante beige
Uno de los principales problemas en los zapatos de ante beige son las manchas de grasa, como por ejemplo de alguna salsa o incluso aceite, puesto que son más duras de quitar y si no lo hacemos con determinación y concentración, tendremos una “bonita” mancha durante todo el tiempo que tengamos este calzado. Se trata de una limpieza complicada y que es mejor hacerla siempre con mucho cuidado y poco producto, ya que puede comerse el tejido y crear una pequeña zona sin pelos. Lo primero que tenemos que tener es nuestro cepillo de dientes de cerdas suaves y luego mojarlo pero muy poco en amoniaco. Si quieres asegurarte de que no te vas a pasar de amoniaco, una recomendación es que tengas al lado un papel de cocina o un paño en el que soltar todo el exceso de este producto. También se puede diluir en agua, por lo que la opción es tuya, pero recuerda siempre hacerlo poco a poco, y verás como la mancha va desapareciendo. Para que se seque, tendremos que ponerlo en un lugar seco y al que no le dé el Sol ni tampoco el viento, puesto que estos podrían doblar y estropear el tejido.