Cada vez existen más personas que se animan a tatuarse. Si tú también estás pensando en decorar alguna parte de tu cuerpo deberías saber que existen algunas pautas a seguir para garantizar la salud de tu piel y que además el resultado sea perfecto.
Consejos para cuidar un tatuaje
Además de seguir unas pautas y cuidados para después de realizado, que te presentaré en el punto siguiente, existen algunos puntos que debes tener cuenta a la hora de mantener tu tatuaje en perfecto estado.
Durante algo de tiempo deberías mantener la zona limpia y seca y desinfectarla de forma eventual y durante el primer mes no deberías entrar ni en la piscina, ni en el río ni en el mar si no quieres coger una infección o tener algún problema más grave con tu tatuaje. Por supuesto podrás ducharte con tu tatuaje, incluso hacerlo con éste descubierto, pero tienes que intentar no mojarlo demasiado y evitar que le caiga nada de jabón.
Además durante este tiempo tampoco debería de recibir ningún tipo de rayo de sol. Una vez lo tengas curado y cicatrizado, también debes tener en cuenta algunas medidas básicas, como protegerlo con crema de alta protección si vas a tomar el sol y realizarte revisiones periódicas con el dermatólogo o tu tatuador para asegurarte de que tu piel se encuentra en buen estado.
Si es posible también deberías elegir ropa que no se pegue demasiado a tu piel a fin de poder evitar que lo roce constantemente y aplícate crema hidratante siempre que quieras para tener la zona muy suave y mantener tu piel firme, prolongando el buen estado y el brillo del tatuaje.
Cuidados después de un tatuaje
Y después de tatuarte debes seguir un procedimiento basado en unos cuidados básicos para lograr que la “herida” que constituye el tatuaje cicatrice de forma eficiente y que la tinta quede dentro. De lo contrario tendrías que volver a tatuarte y podrías sufrir molestos daños. Porque el resultado final de tu tatuaje no sólo depende del tatuador, sin duda será vital que tengas en cuenta las siguientes pautas si quieres que quede perfecto.
Lo más probable es que te marches del salón de tatuar con tu tattoo cubierto por gasas o por un plástico a fin de protegerlo del roce y de la entrada de aire. Deja esa protección al menos dos horas, pero no más de cinco y retírala cuando toque.
A partir de aquí, tendrás que lavar tu tatuaje con agua tibia y con jabón neutro por lo menos tres veces al día. No se te ocurra utilizar jabones que lleven perfumes ni alcoholes porque pueden irritar todavía más tu herida. Aplícate el jabón con tu mano bien limpia y seca después la zona con papel de cocina. El proceso se completa extendiendo crema cicatrizante por la zona y dando un pequeño masaje. Después hay que volver a tapar la herida con gasas limpias, al menos durante los tres primeros días para que no se cree ninguna costra y no roce con la ropa.
Para las gasas de protección de los primeros días será interesante utilizar un material grueso que sea muy absorbente, así como cuando se seque la piel debe hacerse a golpecitos y procurando que no quede nada de agua, puesto que la humedad es nociva para la buena cicatrización.
En cuanto a la crema, además de un cicatrizante clásico, actualmente se ha puesto de moda en el mundo de los tatuajes el utilizar una crema antibiótica o hidratante natural con la que se consigue una muy buena cicatrización. Además al contener antibióticos este tipo de cremas resultan vitales para prevenir cualquier tipo de infección aunque lo mejor será que te dejes aconsejar por tu tatuador/a a fin de evitar reacciones adversas.
Pasados unos días será mejor que dejes el tatuaje al descubierto pues al tratarse de una herida será interesante que se oxigene a fin de evitar la infección por cualquier tipo de microbio. Poco a poco la herida cicatrizará y el tatuaje dejará de sangrar en algunos días. Si pasa más de mes y aún no ha cicatrizado del todo será mejor que acudas a tu tatuador, al dermatólogo o al médico puesto que puede que tengas algún problema y si es así será mejor solventarlo lo antes posible.