Una de las partes que menos gustan del mundo del maquillaje es el desmaquillado. Cualquier excusa es válida para saltar este paso final que es casi tan importante como el resultado final del look. Sin un buen desmaquillado, la piel del rostro puede verse castigada debido al cúmulo de la suciedad acumulada en la piel. Existen multitud de productos que ayudan a retirar el maquillaje, con mayor o menor efectividad.
Algunos productos específicos para el desmaquillado son muy útiles para algunos momentos puntuales. Por ejemplo, si vas a irte de viaje y debes cargar con poco equipaje, es posible que necesites llevar lo necesario. Las toallitas de desmaquillado pueden cumplir con la misión del desmaquillado para esos días en los que no quieres complicarte y cargar con lo menos posible. Eso sí, las toallitas deben tener cierta calidad para que cumplan su función y no nos perjudiquen la piel del rostro.
Otros productos, como las aguas micelares, cumplen con el objetivo del desmaquillado. Algunas son solo aptas para los ojos, otras para el rostro y, las más populares, las que pueden utilizarse para ambas cosas. Para el uso del agua micelar es imprescindible contar algodones, discos o algún tipo de toallita, sea reutilizable o no, para poder retirar el maquillaje.
Todos estos productos están muy bien para el tema de retirar el maquillaje. Pero… ¿cuál es el siguiente paso? Algunas personas lo más probable es que pasen a utilizar un producto para hidratar la piel, con un previo paso (o no) de un tónico. ¿Es erróneo? Pues todo depende de tus necesidades, del momento, de la situación, etc. Lo que es más que un acierto seguro es optar por implementar una rutina de doble limpieza facial.
Pasos de la doble limpieza facial
Antes de pasar a explicar que pasos seguir para llevar a cabo la doble limpieza facial debemos saber qué es. La doble limpieza es, como su propio nombre indica, una rutina de belleza en la que limpiaremos el rostro dos veces antes de pasar a la rutina de hidratación. Normalmente, la primera limpieza de este paso es la de desmaquillado. Al desmaquillar el rostro lo que hacemos es precisamente eso, desmaquillarlo, pero no lo estamos limpiando en profundidad. Para que la piel quede completamente limpia, es fundamental pasar a hacer un segundo paso de limpieza, en el que retiraremos todo lo que haya podido quedar de maquillaje y, además, se limpiará en profundidad la piel.
Para el primer paso de esta limpieza son válidos cualquier tipo de productos específico de desmaquillado, como los que ya hemos comentado antes, entre otros. Toallitas, aguas micelares, desmaquillantes bifásicos, leches, aceites… Sin ninguna duda, el producto estrella para este primer paso son los aceites, en el formato que sea: líquidos, en manteca, en mousse, en formato sólido, etc. La naturaleza oleosa que tiene el aceite hace que el maquillaje se derrita casi al instante de su aplicación sobre la piel. Además, los aceites pueden eliminar cualquier cosa: las máscaras waterproof resistentes al agua, uno de los productos más difíciles de desmaquillar, no pueden resistirse a los aceites. Es posible que pienses que el aceite no pueden utilizarlo todo tipo de pieles, como las grasas, pero nada más lejos de la realidad. Si tu piel es grasa no tienes por qué renunciar a la doble limpieza con aceite. La clave está en el segundo paso.
El segundo paso de la limpieza es pasar al retiro de los restos de maquillaje que hayan podido quedar en el paso anterior y también los restos del propio desmaquillante, el que sea. De esta forma, cumplimos dos objetivos, desmaquillar totalmente el rostro y limpiarlo en profundidad. Los productos aptos para este paso pueden ser varios, aunque lo más común es utilizar un gel limpiador jabonoso, aunque puedes utilizar también un gel en crema o similar. Sea cual sea el tipo de producto, debe cumplir con una función de limpiar en profundidad.
Siguiente paso después de la doble limpieza facial
Una vez el rostro esté completamente limpio ¿por dónde continuamos? En este momento es hora de equilibrar la piel gracias al uso de un tónico. Aplicar un tónico ayuda a que los productos que luego apliquemos se absorban mejor. La culminación de la rutina llega con la hidratación. Puedes optar por utilizar una crema específica para tus necesidades, un sérum o, incluso, un aceite. Sea cual sea el elegido, es importante no saltarse este paso, ya que es el broche final con el que tu piel descansará a gusto.
Cuándo hacer la doble limpieza facial
La rutina de limpieza del rostro debes hacerla a diario, por la mañana y por la noche, para mantener la piel sana y reluciente. En el caso de no haberte maquillado durante el día, en la rutina de noche puedes prescindir del primer paso, ya que no hay maquillaje que quitar. Si te has maquillado, entonces debes hacer la doble limpieza. Si te maquillas a diario la debes llevar a cabo todos los días. Si solo te maquillas algunos días o para ocasiones especiales, ese día la debes llevar a cabo. Puedes encontrar algunos productos de belleza para la doble limpieza en bellezamaquillaje.com