
La ansiedad es un trastorno emocional que afecta a muchas personas en todo el mundo. Las presiones de la vida moderna y el estrés constante pueden generar problemas persistentes. Aunque los tratamientos tradicionales como la terapia farmacológica y la terapia cognitivo-conductual son comunes, existen alternativas para abordar este trastorno. Una de ellas es el Reiki, una técnica de sanación energética que ha ganado popularidad entre quienes buscan un enfoque más integral para manejar la ansiedad.
En este artículo, comparto cómo el Reiki ha sido útil para gestionar mi ansiedad, proporcionando una forma de encontrar paz y equilibrio emocional. Esta práctica ofrece una opción efectiva para quienes prefieren tratar la ansiedad de manera más holística.
Definición de Reiki
El Reiki es una técnica de sanación originaria de Japón, que utiliza la transferencia de energía vital para restaurar el equilibrio en el cuerpo. Su nombre proviene de las palabras japonesas “Rei” y “Ki”, que representan la energía universal y la vital, respectivamente.
Esta práctica se enfoca en canalizar energía desde el terapeuta hacia el paciente mediante las manos, buscando mejorar el bienestar físico, emocional y espiritual. Aunque se considera una práctica espiritual, no está asociada a ninguna religión y puede ser practicada por personas de diversas creencias.
Mi experiencia con el reiki
Mi historia con la ansiedad comenzó hace varios años, cuando enfrentaba situaciones estresantes en mi trabajo y vida personal. Con el tiempo, los episodios de ansiedad se intensificaron, y sentía que no podía controlarlos. Mi mente estaba constantemente en alerta, lo que me causaba nerviosismo, malestar físico y un ciclo interminable de angustia.
Un amigo cercano me recomendó probar Reiki, aunque al principio era escéptico debido a mi falta de conocimiento sobre esta práctica. Sin embargo, decidí darle una oportunidad como última alternativa. Comencé a recibir sesiones semanales de Reiki, con la esperanza de encontrar alivio para mi ansiedad. Y la verdad, me ha ido muy bien, hasta el punto de aprender para ayudar a otras personas.
Proceso de sanación
En las primeras sesiones de Reiki, el terapeuta me explicó que los bloqueos o desbalances energéticos podían ser responsables de mis problemas emocionales. Durante cada sesión, me acostaba en una camilla completamente relajado, mientras el terapeuta ubicaba sus manos sobre diversos puntos de mi cuerpo. Al principio, no experimenté sensaciones claras, pero con el tiempo comencé a sentir calor, relajación profunda e incluso ligeros “cosquilleos” en ciertas áreas.
A medida que avanzaban las sesiones, empecé a notar un cambio progresivo en mi estado emocional. La ansiedad, que antes era constante, comenzó a disminuir. Mis pensamientos se aclararon y mi cuerpo se relajaba más fácilmente. El Reiki parecía actuar como un “desbloqueo energético”, ayudándome a liberar tensiones acumuladas, tanto físicas como emocionales.
Una de las enseñanzas clave del Reiki es que el cuerpo tiene la capacidad de sanarse a sí mismo cuando se le da el espacio adecuado. Durante las sesiones, me di cuenta de que no solo estaba recibiendo energía del terapeuta, sino que también aprendí a reconectar con mi propia energía vital. Esto me permitió ser más consciente de mis emociones y, con ello, manejar la ansiedad de forma más efectiva.
¿El reiki es beneficioso para la ansiedad?

El Reiki ofrece varios beneficios que pueden impactar tanto en el bienestar físico como emocional. Uno de los primeros efectos notables que experimenté fue la reducción del estrés y la tensión. Desde la primera sesión, pude sentir una gran relajación, lo que me permitió manejar mejor las situaciones cotidianas que solían generar ansiedad. Esta calma generalizada fue un alivio importante para mi bienestar.
Otro de los beneficios que experimenté fue una mejora significativa en la calidad de mi sueño. La ansiedad que solía mantenerme despierto por la noche desapareció, y comencé a descansar mucho mejor. Este cambio no solo favoreció mi descanso, sino que también aumentó mi energía durante el día, lo que a su vez redujo mis niveles de ansiedad.
La claridad mental fue otro aspecto en el que noté una mejora notable. Gracias al Reiki, pude liberar bloqueos energéticos que interferían con mis pensamientos, lo que me permitió tomar decisiones más claras y equilibradas. Esta claridad se reflejó en una mejor gestión de mis emociones.
Finalmente, el Reiki me ayudó a conectar profundamente con mi cuerpo. Aprendí a escuchar sus señales y a reconocer cuando la ansiedad se manifestaba físicamente. Esto me permitió liberarme de la tensión antes de que se convirtiera en un problema mayor, promoviendo una mayor armonía.
¿Por qué funciona?
El Reiki actúa sobre los campos energéticos del cuerpo, restaurando el equilibrio entre la mente, el cuerpo y el espíritu. La ansiedad suele ser resultado de un desequilibrio en estos niveles. Cuando la energía vital fluye libremente, el cuerpo puede recuperar su capacidad de autocuración y equilibrio.
Este tratamiento promueve una relajación profunda, facilitando la liberación de tensiones y bloqueos emocionales. A diferencia de otros enfoques, el Reiki no solo aborda los síntomas superficiales de la ansiedad, sino que trabaja en las causas subyacentes, lo que lo convierte en una opción efectiva para quienes buscan un manejo integral de este trastorno.
¿Se puede aprender reiki?
Sí, aprender reiki es posible. Cualquier persona puede aprenderlo, pero sobre todo las personas que tienen interés. Para aprender, lo mejor es optar por la formación de JavierMA, formación que está homologada y se ha demostrado que da muy buenos resultados. Tan solo tienes que visitar https://www.javierma.com/curso-maestria-reiki/ y podrás darte cuenta de lo mucho que vas a poder aprender. Ese enlace va dirigido a la maestría reiki, pero antes deberás realizar los cursos iniciales. Son muy interesantes y seguro que los vas a disfrutar mucho.
A la hora de realizar la formación, como en todo, tendrás que empezar desde cero y poco a poco ir aprendiendo y evolucionando en los conocimientos. Una formación homologada y de calidad te asegurará una buena experiencia. Con esa experiencia no solo podrás conseguir luchar de manera directa contra tu propia ansiedad, sino que también podrás realizar el intercambio energético para conseguir ayudar a otras personas. No pierdes nada por aprender, pero a cambio vas a poder ganar mucho.